¿Qué tan defendible es el ministro Ignacio Briones?
Por: Luciano Valenzuela
El ministro de hacienda, Ignacio Briones, está hoy en el ojo del huracán luego de haber sido el blanco de las críticas de la oposición debido a su resistencia al proyecto de segundo retiro de los fondos de pensiones.
Recordemos que el ministro comenzó su mandato con un muy alto nivel de popularidad; principalmente debido a su carisma, retórica y disposición a ceder al menos en parte a demandas de la izquierda, la cual ha ido disminuyendo tanto en el propio sector como en la oposición.
Cabe preguntarse ¿Es realmente la gestión de Briones algo por lo que la derecha debiese sentirse orgullosa, como para defenderlo a rajatabla? ¿Cuales han sido los mayores hitos de la gestión del ministro durante este año que lleva en el cargo?
La primera noticia de alto impacto relacionada con el ministro fue la incorporación de impuestos a las plataformas digitales. Medida que afectó directamente el bolsillo de la gran mayoría de la población que vio subir los precios de sus suscripciones a servicios como Spotify y Netflix. Todos recordaremos al ministro haciendo el ridículo con vestimenta de los 90s argumentando que la inexistencia de IVA en estos servicios era competencia desleal contra prestadores de servicios tan vigentes como blockbuster.
Luego, en el marco de la pandemia, hemos visto al ministro promover una serie de bonos y préstamos para ir en ayuda de aquellos que han perdido su trabajo o han visto reducidos sus ingresos. En este punto, si bien era necesario ayudar a los sectores más afectados debido a las medidas restrictivas de su propio gobierno; la implementación de las medidas fue extremadamente deficiente, permitiendo que muchos ciudadanos (incluyendo funcionarios públicos) cometieran fraude al fisco al pagarse los bonos sin verificar previamente que los benificiarios fuesen elegibles para los mismos. Cosa que es impresentable considerando que el estado maneja el detalle de los ingresos mensuales de los ciudadanos. Por otro lado, el financiamiento de estos bonos ha sido principalmente mediante la emisión de deuda y no la reubicación de recursos, situación que tiene al país con el mayor déficit fiscal desde el gobierno comunista de la UP - estimado por la propia dirección de presupuestos en poco más de 20 mil millones de dólares equivalentes al 8,2% del PBI en un momento en que la clasificación de riesgo de Chile va a la baja y con ello el costo de endeudarse crece. Uno esperaría que en una situación de crisis un gobierno teóricamente de derecha tuviera como primera medida la reducción de gastos innecesarios como podría ser el pago a falsos exonerados o los aportes a la fundación Salvador Allende y no el endeudamiento de nuestros hijos y nietos.
Con respecto al retiro de los fondos de pensiones el ministro ha intentado, sin éxito, ponerle freno al populismo. Pero no ha tenido éxito en sus intenciones y es hoy criticado desde la oposición y el sector del oficialismo que ve en la destrucción de nuestro sistema previsional una oportunidad de oro para empujar sus candidaturas en las elecciones de 2021. Estas críticas son claramente infundadas, pero nuevamente uno esperaría que el ministro tomara una actitud mucho más decidida y que con el apoyo de la presidencia se la jugara por una presentación al tribunal constitucional o el veto a esta medida que es funcional a las aspiraciones de los grupos que buscan confiscar los ahorros de los Chilenos y someter a los futuros jubilados a un sistema de reparto.
Simultáneamente, fue ideólogo y promotor de la debilitación de la independencia del Banco Central al permitirle a este la compra de deuda estatal en el mercado secundario, abriendo la puerta a la monetización de la deuda estatal y con ello a la emisión de dinero, que podremos ver reflejada como inflación, nuevamente perjudicando el bolsillo de todos los Chilenos.
Finalmente en la discusión actual del presupuesto, su idea del presupuesto a base cero llamó la atención de la derecha, en particular de grupos liberales y libertarios que se ilusionaron con que luego de décadas tuviésemos un presupuesto que reflejara una disminución del gasto público, solo para luego aclarar que "no se gastará ni un peso menos", es decir, ni siquiera en contexto de pandemia la clase política está dispuesta a dejar de gastar más allá de su capacidad de recaudar, lo que considerando nuestro enorme déficit augura nuevos castigos a la ciudadanía a través de tributos.
En resumen, el ministro Briones, si bien hoy es criticado duramente sin ser el gran responsable de los problemas que aquejan al país y en particular de manera equivocada en lo que respecta a su postura con respecto a los retiros de fondos de pensiones, ha tenido una gestión al menos cuestionable en el ministerio de hacienda la cual ha pasado relativamente desapercibido debido a su enorme carísma y simpatía.