Incertidumbre por la decisión de Elon Musk de poner en pausa la compra de Twitter
El multimillonario sudafricano Elon Musk ha vuelto a poner en jaque al mundo financiero. Esta vez ha decidido pausar su compra de la red social Twitter mientras está a la espera de que una investigación interna compruebe que las cuentas falsas existentes en dicha red sean menos del 5% de las cuentas creadas.
Esta decisión resultó en un desplome de la compañía en la bolsa, sin embargo, Musk aseguró que a pesar de esta pausa sigue interesado en llevar a cabo la compra. En tal sentido el empresario había comentado con anterioridad: “Quiero hacer Twitter mejor que nunca al potenciar el producto con nuevas características, convertir los algoritmos en fuente abierta para incrementar la confianza, vencer a los ‘bots’ de ‘spam’ y autentificar a todos los humanos”.
La compra de Twitter por parte de Musk ha suscitado un alto debate político a nivel internacional, no solo por lo gigantesco de la compra, que será por 44 mil millones de dólares, hecho que deriva en que la adquisición debe ser visada por las autoridades reguladoras de Estados Unidos, sino por la determinación de Musk de permitir la libertad de expresión en la plataforma, restituyendo la cuenta del ex presidente Donald Trump y denunciando el discurso de odio de la extrema izquierda como equivalente al de la extrema derecha.
Esto es polémico porque la línea editorial de las principales redes sociales tiene un sesgo fuertemente pro izquierdista con altas tasas de censura a usuarios de derecha. Este tipo de censura ha resultado cómodo para diversos poderes supranacionales, ya que por ejemplo la Unión Europea amenazó a Musk de expulsar a Twitter de suelo europeo si no cumple sus estrictas normas de censura. Lo mismo ocurrió con la Organización Mundial de la Salud, la cual ha solicitado frecuentemente que se censure todo tipo de cuestionamiento a las indicaciones sanitarias relativas a la pandemia recientemente pasada.