Hombres embarazados, sexualización infantil y progresismo descarado en Netflix le significaron la peor crisis financiera de su historia

La plataforma Netflix está enfrentando una caída en la bolsa este miércoles 20 de abril de casi un 40%, lo que ha significado una pérdida de 46.000 millones de dólares en valor mercado. Se extiende su caída en lo que va del año a un 60%. El motivo de ello es una fuga de clientes, en total 200.000 durante el primer semestre y se espera que el número se extienda a dos millones en el segundo trimestre.

El motivo de esta fuga de suscriptores genera polémica. La compañía y la prensa progresista intentan culpar a la pandemia y los problemas económicos que esta conlleva por este fenómeno, incluso algunos culpan a las malas prácticas de los clientes por esta crisis, tales como el préstamo de contraseñas.

Lo cierto es que para otros analistas uno de los grandes motivos para la crisis de Netflix es el aumento descarado y exponencial de propaganda progresista y deconstruccionista a través de las series y películas que la plataforma está produciendo en gran cantidad. El primer escándalo fue por la producción “Cuties”, en la cual podía verse a niñas en actitudes hipersexualizadas.

Pero ese no ha sido el único caso, el aumento exponencial de propaganda feminista ha dejado saturados a los espectadores, al igual que la inclusividad forzada, mediante la cual se obliga a transformar a personajes históricos o con una trayectoria en las pantallas a travestirse, cambiar de género y hasta cambiar de raza. Ya existe incluso una serie de un hombre embarazado con la cual se pretende deconstruir las mentes de quienes observen el programa.

Tampoco ha sido Netflix neutral en su preferencia política, lo cual puede notarse no solo en el absurdo documental que se encuentra trabajando para promover a nivel mundial el régimen comunista en Chile administrado por Gabriel Boric, sino que ha apoyado económicamente a candidatos del partido Demócrata en Estados Unidos, incluyendo donaciones de sus corporativos al presidente senil de ese país, Joe Biden, quien fue encomendado para interrumpir las transformaciones patrióticas que estaba llevando a cabo el presidente Donald Trump.