Escalada terrorista en Francia vuelve a poner de relieve la decadencia de Europa
Una de las principales consecuencias de la ideología multiculturalista que se alimenta del pesimismo cultural y la deconstrucción es el alzamiento en Europa de la radicalidad islamista, la cual busca la conquista política del continente europeo por parte del mundo islámico y la venganza anticolonial por la cual los pueblos de color castigan a los europeos por su pasado colonial.
En dicho sentido uno de los principales escenarios de este conflicto cultural es Francia, donde choca la fuerte idiosincrasia local de carácter transgresor que busca emanciparse de figuras religiosas, un fuerte contingente de musulmanes del Oriente Medio y el África, y la aún existente población católica cada vez más envejecida.
En ese contexto las alarmas estallaron nuevamente en el país galo el pasado 19 de octubre cuando el profesor de secundaria Samuel Paty fue decapitado a plena luz del día por el checheno de 18 años Abdoulakh A., debido a que Paty habría expuesto imágenes en sus clases de caricaturas del profeta Mahoma, sagrado para la religión islámica.
10 días después un nuevo ataque conmovió al país, esta vez un musulmán de 21 años recién llegado de Túnez acuchilló y degolló a 3 personas dentro de una iglesia en la ciudad de Niza. En el intertanto y a continuación de los hechos, numerosas concentraciones de musulmanes a lo largo de todo el país en la que amenazan directamente al gobierno centristahan puesto inquieta a la población nacional de Francia debido la posibilidad de una insurrección de esta gran colonia a la cual no se le puso freno desde un comienzo y a la cual la prensa progresista intenta proteger para incentivar el traspaso de población y el derrumbe de Francia como Estado occidental.