Unión Europea y OMS se declaran en oposición a la libertad de expresión que permitirá Elon Musk en Twitter y realizan amenazas

Las altas burocracias occidentales siguen reaccionando a la compra de Twitter por parte del empresario sudafricano Elon Musk, quien ha prometido que su gestión se caracterizará por el fin de la censura progresista que caracteriza a la plataforma, acabando así con la persecución política a usuarios de derecha alrededor del mundo.

Fieles a una agenda progresista que exige la eliminación de los puntos de vista de las personas de derecha, la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud han salido a dar declaraciones públicas contra esta posibilidad, ya que el control de la información es clave para instaurar una gobernanza global con fines ideológicos claros y específicos.

Sin que aún haya ocurrido un cambio drástico en el funcionamiento de Twitter, la Unión Europea fue la institución que se mostró más agresiva, amenazando que si no se cumplen las estrictas reglas europeas en la plataforma, Twitter arriesgará multas o incluso la prohibición de funcionar en territorio europeo. El centroderechista francés Thierry Breton, quien oficia como comisionado de la UE para el mercado interno, amenazó directamente a Musk y le dijo: "Damos la bienvenida a todo el mundo. Estamos abiertos, pero con nuestras condiciones. Al menos sabemos qué decirle: 'Elon, hay reglas. Eres bienvenido, pero estas son nuestras reglas. No son tus reglas las que se aplicarán aquí'"

Además, el burócrata agregó: "Cualquiera que quiera beneficiarse de este mercado tendrá que cumplir nuestras normas. El consejo de administración [de Twitter] tendrá que asegurarse de que si opera en Europa tendrá que cumplir las obligaciones, incluyendo la moderación […] cualquier compañía que opere en Europa debe cumplir con nuestras reglas, sin importar su accionariado. […] Si no cumple con nuestra ley, hay sanciones: 6% de los ingresos, y si continúan, se le prohíbe operar en Europa”.

El burócrata señaló dentro de los pilares de su normativa las políticas contra la incitación al odio, uno de los argumentos falaces que se ha esgrimido para perseguir políticamente y censurar opiniones de usuarios que plantean pensamientos conservadores o de derecha, a pesar de que sean opiniones o juicios fundados en la evidencia y los datos. De esta forma la Unión Europea apoya el avance de lobbys como el multiculturalista, feminista, LGBT, ecologista radical, entre otros, los cuales se basan frecuentemente en premisas falsas, por lo que una vez que esas premisas son expuestas, las redes sociales se encargan de silenciar a quien las expone mediante la acusación de “discurso de odio”.

Por otra parte, la OMS expresó su preocupación por el hecho de que la libertad de expresión podría permitir un nuevo auge de voces disidentes respecto del fenómeno asociado a la pandemia de covid-19 y las medidas sanitarias totalitarias que se implementaron en el mundo con dicha excusa.

El burócrata irlandés Michael Ryan, quien ejerce como director del programa de emergencias sanitarias de la OMS tras haber trabajado para la Fundación de Bill y Melinda Gates, declaró: “En el caso de esta pandemia, la buena información salva vidas. La mala información te envía a lugares muy malos”.

Estas declaraciones se dan en un contexto en el cual, por más de dos años la OMS ha tenido un manejo negligente respecto del virus covid-19 emergido de territorio comunista chino, especialmente ante las críticas que tuvo su determinación de implantar medidas draconianas en todo el mundo y ante el escepticismo justificado de millones de personas respecto del forzado e improvisado proceso de vacunación.

La OMS, al igual que todas las otras instituciones progresistas exigen un silenciamiento inmediato de todo aquel, incluyendo médicos y científicos, que expongan las contradicciones en las decisiones tomadas por la OMS y los gobiernos respecto a cuarentenas y vacunas. Eso es lo que podría cambiar con la administración de Twitter por parte de Musk, permitiendo a personas exponer nueva información que contradice la negligente narrativa de la OMS.

Para la UE y la OMS es imperativo que Musk no disminuya, sino que intensifique la censura en Twitter. Queda por ver cómo será realmente la administración del excéntrico multimillonario.

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