Trump tenía razón: Revista Time confirma la trampa de Biden y la izquierda
Lo que tanto se sospechaba se debela como una gran verdad. Biden hizo trampa para ganar las elecciones en Estados Unidos frente a Donald Trump
Pese a la defensa furibunda de los enconados partidarios del opcionado demócrata hay un escándalo que no se puede tapar fácilmente y que está expuesto, coincidencialmente en uno de los medios que más dio su apoyo mediático a Joe Biden: La prestigiosa revista Time.
Time es una publicación de frecuencia semanal que circula en Estados Unidos desde 1923 y una de las más importantes e influyentes en el mundo.
El artículo publicado el 5 de febrero se titula “La historia secreta de la campaña en la sombra que salvó las elecciones de 2020”. La autora del artículo es Molly Ball, una periodista con una larga experiencia, además de biógrafa de la congresista demócrata Nancy Pelosi. Esto es lo que dice sin rodeos un párrafo del artículo:
«Ésta es la historia interna de la conspiración para salvar las elecciones de 2020, basada en el acceso al funcionamiento interno del grupo, documentos nunca antes vistos y entrevistas con docenas de personas involucradas de todo el espectro político. Es la historia de una campaña creativa, decidida y sin precedentes cuyo éxito también revela lo cerca que estuvo la nación del desastre. “Todo intento de interferir con el resultado adecuado de las elecciones fue derrotado”, dice Ian Bassin, cofundador de Protect Democracy, un grupo independiente de defensa del Estado de derecho. “Pero es sumamente importante que el país comprenda que no sucedió accidentalmente. El sistema no funcionó mágicamente. La democracia no es autoejecutable”.»
"El fin justifica los medios" parece ser lo que concluye la investigación periodística, argumentando que la apuesta al candidato demócratra fue un intento de salvar la democracia, salvarla de Trump.
«Para el presidente, algo andaba mal. “Todo fue muy, muy extraño”, dijo Trump el 2 de diciembre. “A los pocos días de las elecciones, fuimos testigos de un esfuerzo orquestado para ungir al ganador, incluso cuando todavía se estaban contando muchos estados clave”. En cierto modo, Trump tenía razón.», expone Ball en su artículo.
Es la propia revista Time la que reconoce la “conspiración” citándola por su propio nombre:
«Se estaba desarrollando una conspiración entre bastidores, que redujo las protestas y coordinó la resistencia de los directores ejecutivos. Ambas sorpresas fueron el resultado de una alianza informal entre activistas de izquierda y titanes empresariales. El pacto se formalizó en una declaración conjunta concisa y poco notoria de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la AFL-CIO publicada el día de las elecciones. Ambas partes llegarían a verlo como una especie de negociación implícita, inspirada por las masivas, a veces destructivas protestas por la justicia racial del verano, en la que las fuerzas laborales se unieron con las fuerzas del capital para mantener la paz y oponerse al asalto de Trump a la democracia.»
Un «éxito» de la conspiración: la ola de censura en redes sociales
A juzgar por lo ocurrido, pues Time habla de “éxito” en sus presiones a las redes sociales, lo que esa coalición consiguió es que los gigantes tecnológicos aplicasen una censura sin precedentes en unas elecciones democráticas, llegando al extremo de suspender las cuentas del presidente de EEUU cuando aún estaba en el cargo. ¿Qué clase de campaña para salvar la democracia es la que califica como un “éxito” erosionar la libertad de expresión?
Los conspiradores eran «una camarilla bien financiada de personas poderosas»
Time explica, así mismo, la razón por la que ve la luz ese escandaloso artículo: “los participantes quieren que se cuente la historia secreta de las elecciones de 2020, aunque suene como un sueño febril paranoico”, y detalla quiénes fueron los implicados en esa operación: “una camarilla bien financiada de personas poderosas, que abarcan industrias e ideologías, que trabajan juntas detrás de escena para influir en las percepciones y cambiar las reglas y leyes, dirigen la cobertura de los medios y controlan el flujo de información. No estaban manipulando las elecciones; lo estaban fortaleciendo. Y creen que el público debe comprender la fragilidad del sistema para garantizar que la democracia en Estados Unidos perdure”.
Así mismo, Time deja en evidencia la amenaza que suponía para el proceso electoral la ola de violencia creada por ese movimiento: «El levantamiento de verano había demostrado que el poder de la gente podía tener un impacto masivo. Los activistas comenzaron a prepararse para repetir las manifestaciones si Trump intentaba robar las elecciones.» Curioso: cuando seguidores de Trump denunciaron el intento de los demócratas de “robar las elecciones”, medios progresistas les acusaron de conspiranoicos. Pero resulta que en los aledaños del Partido Demócrata se prepaba otra ola de violencia si Biden perdía, reza la investigación de la revista Time.
Esta publicación Time es la guinda de la peligrosa deriva iniciada por la mayoría de los medios estadounidenses en 2016. Recordemos que hace cuatro años, ante una victoria legítima de Trump contra viento y marea, la izquierda política y mediática reaccionó furiosa, hablando de una conspiración rusa sobre la que no se halló la más mínima prueba, pidiendo más control de las redes sociales, convocando protestas contra el resultado electoral e incluso fantaseando con un posible asesinato de Trump como hizo la CNN.
Suena a burla que los mismos que alentaron todo eso digan ahora que cuatro años después pretendían proteger la democracia llevando a cabo una conspiración en las sombras para manipular las elecciones. Con esa conspiración, el daño que han hecho a la democracia en EEUU es gravísimo, y ellos serán los principales responsables de sus efectos, empezando por la pérdida de credibilidad del propio proceso democrático, burdamente manipulado por “una camarilla bien financiada de personas poderosas”.