Profunda tensión entre el Congreso y La Moneda sigue mermando la figura del Presidente en horas complejas

Foto: The Clinic

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Mientras la izquierda institucional e insurrecta, cada una en su área, lleva a cabo una ofensiva durísima contra el Presidente en el marco del virus chino y la inconclusa insurrección de octubre, con fines de ver por fin al gobierno caído y cediendo el poco poder que le queda, el oficialismo sigue negociando ingenuamente y cometiendo vergonzosos errores que solo aceleran el proceso.

En esta pasada, la medida de Piñera de crear una mesa de expertos que supervise la oleada de leyes inconstitucionales que buscan ser aprobadas por los parlamentarios, en vez de respaldar al Tribunal Constitucional o enviar modificaciones desde el gobierno, ha permitido que la izquierda lo posicione como un “dictador”, pues si bien esto es absurdo, efectivamente es una intromisión extraña e inconstitucional al poder legislativo.

Lo peor es que en este punto pierde el apoyo de su propio sector, pues con el apoyo de parlamentarios de centroderecha tanto el Senado como la Cámara de Diputados se cuadraron contra el Presidente. Si desde el Senado indicaron: “en medio de la crisis generada por la pandemia, no parece adecuado ni oportuno intentar modificar estas reglas, nos gusten o no”, en la Cámara dijeron: “la única sede donde se debe discutir cualquier enmienda al proceso de declaración de admisibilidad de los proyectos de ley es el Congreso Nacional”, ambas en formato de declaración pública.

Aún queda por ver con que fuerza volverá la insurgencia urbana una vez que se acaben las cuarentenas dictaminadas arbitrariamente por el globalismo a través de la OMS, hasta ese entonces es preciso un mejor manejo con el fin de no acelerar un colapso institucional.

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