Ningún expresidente asistirá a ceremonia de presentación de propuesta constitucional
La Convención Constitucional, dominada por la ultraizquierda, ha logrado cumplir uno de sus objetivos: lograr que ningún presidente quiera asistir a la ceremonia de presentación de la propuesta constitucional a realizarse el próximo 4 de julio. En concreto, los cuatro expresidentes vivos: Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, han comunicado que declinarán su asistencia al evento.
La estratagema de la Convención inició cuando, en primera instancia, rechazó invitar a los ex mandatarios a la ceremonia, si bien el motivo oficial fue supuestamente por el aforo mandatado por las estrictas normas sanitarias que aún pesan sin motivo sobre nuestro país, otras voces internamente adujeron que el verdadero motivo era miedo a que la presencia de los expresidentes trajera protestas. Sin embargo, el verdadero motivo fue aclarado por los convencionales más radicales, quienes declararon que el proyecto constitucional, al ser una refundación para el país, debe renegar de la historia pasada, representada por los presidentes de la República.
Una vez hecho el desaire, y ante presiones mediáticas, la Convención se retractó y extendió invitaciones a los expresidentes, sin embargo el hecho era de tanta incomodidad que efectivamente lo que se logró fue desincentivar a los ex mandatarios para que voluntariamente no asistieran.
El primero en confirmar su inasistencia fue el socialista Ricardo Lagos, cuya firma está en la Constitución vigente. Lagos declaró que su declinación se debía al respeto al aforo y destacó todos sus intentos por ayudar a la Convención, los cuales fueron ignorados. Posteriormente, y sin entrar en mayores detalles, el democratacristiano Eduardo Frei siguió su ejemplo.
Distinto fue el caso del centrista Sebastián Piñera, quien sí se quejó de la forma confusa y contradictoria con la cual se manejó la situación. Finalmente, para sorpresa de todos, la socialista Michelle Bachelet, quien se ha mostrado como la más entusiasta con el proyecto totalitario que presenta la Convención, prefirió desistir de participar, acusando un supuesto tope en su agenda.