Natalia Valdebenito vuelve a insultar al joven discapacitado del que se burló hace dos años

En el contexto de una polémica con el activista de centroderecha Francisco Orrego, la “comediante” Natalia Valdebenito volvió a arremeter cruelmente contra el joven Mauricio Marileo, quien padece distrofia muscular de Duchenne, del cual ya se había burlado en 2020.

En su intercambio vía Twitter, Orrego reprochaba a Valdebenito su evidente desconocimiento de la diferencia entre derecho de propiedad y derecho a la vivienda, una temática que ha escalado en torno al debate respecto del proyecto constitucional totalitario que propone la ultraizquierda y que será plebiscitado el próximo 4 de septiembre.

Lo que llamó la atención en el entrecruce de opiniones, fue que, al ser interpelada por Orrego por el caso del joven Marileo, aduciendo que Valdebenito se burlaba de la gente por su apariencia física, la feminista replicó insultando al mencionado, refiriéndose a él como “el acosador que se escondía en su silla de ruedas”.

El contexto del ataque de Valdebenito a Marileo en 2020 ocurrió cuando un grupo de vecinos de Curacautín desalojó a los guerrilleros indigenistas que tenían secuestrada la Municipalidad. Esto sucedió la noche del 1 de agosto de ese año. Con motivo de ello, al igual que lo hizo la mayoría de las figuras de extrema izquierda, Valdebenito se quejó en redes sociales de que el pueblo se defendiera legítimamente de los terroristas y reclamó que en Chile había “racismo”.

Este hecho molestó a Marileo, pues siendo él mismo de origen araucano, le replicó a Valdebenito de forma amena y amigable que se encontraba en un error y que no debía defender a los terroristas, a lo cual ella respondió burlándose de su aspecto físico, a pesar de los evidentes problemas en la salud de su interlocutor.

Como puede verse, la feminista no solo no se retractó de su menosprecio al joven, sino que lo sigue utilizando como argumento para defenderse. Para Valdebenito el hecho de que alguien disienta de su opinión lo transforma en “acosador”, y no pareciera sentir remordimiento cuando siente necesario vulnerar a quien se le place, independiente de su condición.