Músicos de izquierda fracasan en intento de boicot a la plataforma Spotify
Desde la semana pasada un intento de boicot internacional ha sacudido a la plataforma Spotify que contiene música de los más diversos artistas de todo el mundo. El boicot fue iniciado por el músico folk canadiense Neil Young, de 76 años y fue luego seguido por su compatriota y cultora del mismo género, Joni Mitchell, de 78 años. Ambos cantantes asociados a la contracultura de izquierda hippie.
Aunque el boicot fue disfrazado por la prensa como una supuesta lucha entre los artistas y la industria de la música, lo cierto es que el boicot fue por una causa mucho menos noble, ya que Young lo que hizo fue exigirle a la compañía que censurara el podcast del comunicador Joe Rogan, quien en su programa es capaz de traer a exponentes de los más diversos puntos de vista y fomentar el pensamiento crítico.
Resulta que algunos invitados de Rogan han emitido respetables críticas a las tiránicas políticas de vacunación forzosa contra el virus chino que se implementan en varios países, lo cual le pareció inaceptable al cantante izquierdista, quien exigió la censura inmediata del programa, despreciando a los millones de auditores que tiene el exitoso programa.
Consecuentemente, Spotify no hizo caso a la petición de censura y el progresista retiró su música del catálogo de Spotify, fue seguido por Mitchell y luego por otros de sus amigos, Graham Nash, Nils Logfren e India Arie, pero nadie más, lo que significó un profundo fracaso en este patético intento de censura izquierdista. Otros amigos de Young dijeron que lo habrían apoyado si fueran dueños de su catálogo, pero la mayoría sencillamente se desentendió del problema.
En un intento desesperado, la prensa progresista cubrió los hechos como un reclamo por la mala política de pago de la plataforma a los artistas, pero lo cierto es que ninguno de los involucrados había hasta ahora emitido la más mínima queja sobre ese tema. El verdadero detonante fue la exigencia de censura a Joe Rogan, quien comete el pecado de incluir invitados capaces de emitir juicios por fuera de lo establecido.
Este caso sin duda generará un penoso precedente de artistas, supuestamente contrarios a la censura por definición, exigiendo que una persona sea censurada y fingiendo ser los buenos de la historia.