Los lazos entre Rusia y las violentas protestas de izquierda en América Latina
Desde octubre de 2019 un espectro recorre a Latinoamérica, es el espectro del comunismo que ha decidido tomar el poder en todo el continente a costa de la democracia y los sistemas institucionales republicanos, amenazando llevar a millones de personas a la extrema pobreza y a un nuevo totalitarismo.
El primer país que vivió una insurrección violenta fue Chile precisamente en octubre de 2019, momento desde el cual la izquierda ha venido instalándose en el poder de forma oscura y truculenta, lo que tendrá como consecuencia que el marxista Gabriel Boric tomará el poder del Estado a contar de marzo. Pero estas revueltas moleculares no fueron exclusivas de Chile, pronto en Perú, Ecuador y Colombia el libreto a seguir por parte de anarquistas y comunistas fue exactamente el mismo, siempre con el fin de desestabilizar a los gobiernos de centroderecha. Incluso en Estados Unidos la estrategia molecular fue ocupada por los terroristas urbanos de ese país durante las protestas del año 2020.
Hoy en día, la izquierda radical tiene el poder en la mayor parte de nuestro subcontinente, siendo Venezuela y Cuba los casos más destacados por la influencia que tienen sus dictaduras en las protestas y avances de los comunistas en todos los demás países de la región, incluido Chile.
Sin embargo, algunos expertos han mostrado su preocupación por la posible injerencia de países mucho más lejanos en el avance del terrorismo y totalitarismo izquierdista en América Latina, en concreto, no es posible descartar el interés del gobierno ruso, comandado por Vladimir Putin, de generar disturbios que beneficien a la izquierda y fortalecer así a Cuba y Venezuela.
En concreto, hasta ahora se han presentado evidencias de esta injerencia en la red social Twitter, la cual ha adquirido un absurdo poder geopolítico, dado que en esa red social abunda la censura al pensamiento de derecha y ha sido, desde la Primavera Árabe en 2011, usada como medio de comunicación y difusión potente para estimular a la gente a salir a las calles a generar caos y violencia.
Así, Un artículo publicado por el New York Times reveló que funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos encontraron patrones similares en los tweets publicados en el marco de las protestas de América Latina, es decir, uso de bots, y, además, que una cantidad significativa de los mensajes tuvieron origen ruso.
Así, durante el octubre negro en Chile, cerca del 10 por ciento de los tweets que apoyaban las protestas venían de cuentas rusas. Durante los momentos más violentos de esa revuelta, cerca de 3.300 cuentas vinculadas con Rusia tuiteraon el hashtag Chile. Patrones similares fueron encontrados posteriormente respecto de las insurrecciones moleculares que vivieron otros países de la región.
Queda entonces preguntarse por qué el triunfo del comunismo en América Latina conviene al gobierno ruso como para que haya un apoyo a la difusión del caos en toda la región, además de la cercanía explícita que ha tenido el régimen de Putin con el chavismo, el castrismo y el kirchnerismo.
Nuevamente, la respuesta está en la geopolítica. Tal como lo demuestra la actual crisis en la frontera ruso-ucraniana, Putin desea colocar a su país en una posición privilegiada dentro de las potencias del mundo, y por ello es necesario afectar la capacidad de maniobra de Estados Unidos. Como es bien conocido, Estados Unidos tiene una relación cercana con América Latina, especialmente con los gobiernos de centroderecha que frecuentemente son aliados de los estadounidenses, destacando los casos chileno y colombiano.
Desestabilizar a América Latina fuerza a la inteligencia estadounidense a desgastarse realizando control de daños de los intereses norteamericanos en la región, de esta forma Estados Unidos desconcentra su atención de Europa y Eurasia, siendo vulnerable en su propio continente.
Y esto no es todo, estrategas de la política internacional rusa como Alexander Dugin, creen que una unión de regímenes socialistas de América Latina puede aportar significativamente a la disminución del poder estadounidense en todo el mundo, lo que le abre un flanco estratégico a Rusia para ejercer mayor influencia como potencia mundial.
La ausencia de mejor información respecto a lo que está ocurriendo en términos de avance del terrorismo urbano en América Latina y cómo ello conviene a potencias lejanas como Rusia es una muestra de lo obsoletos e ineficientes que son hoy en día los servicios de inteligencia como el chileno. La falla sistemática de la inteligencia nacional es un verdadero escándalo impresentable, ya que este tipo de errores puede costarle carísimo a millones de personas que podrían quedar a merced del totalitarismo y la miseria.