Gobierno colaborará para que presos participen redactando la nueva constitución

Por vía del ministro de Justicia, Hernán Larraín, y el subsecretario de Justicia, Sebastián Valenzuela, el gobierno socialdemócrata de Sebastián Piñera ha acordado un nuevo acto de colaboracionismo con la convención constituyente que se encuentra en estos momentos demoliendo la institucionalidad republicana del país.

En un acuerdo del que participaron la ultraizquierdista que preside la asamblea, María Elisa Quinteros y hasta el director nacional del Gendarmería, Christian Alveal, se acordó que los presos de 38 cárceles del país tendrán mecanismos de participación en la escritura de una nueva carta magna, lo que confirma la acelerada decadencia del país en términos de un igualitarismo absurdo.

Así se confirma que los delincuentes, que no respetan ni la vida ni la propiedad privada de los demás, tendrán una voz equivalente a la de los ciudadanos que han tenido una vida cívica correcta e impecable. Este proceso de nivelación hacia abajo es parte del proceso de nueva izquierda, que busca dar más poder a los extravagantes e improductivos.

El mecanismo será llevado a cabo por los mismos constituyentes, en su mayoría agitadores de izquierda que comparten con los delincuentes el desprecio por la propiedad privada, los cuales tendrán la facultad de organizar asambleas al estilo de soviet ruso donde los presos tendrán derecho a exigir el tipo de Estado que quieren, siempre y cuando vaya de acuerdo con la tendencia hacia el socialismo radical.

Una prueba anterior de ello es que el movimiento anticarcelario ha sido parte de la revolución molecular que se encuentra destruyendo Chile, los presos comunistas ya han tenido experiencia organizando “territorialmente” las cárceles y han recibido ayuda externa de la extrema izquierda para ello. Recordemos también que la instancia constituyente ya rechazó incluir el derecho a la propiedad privada en una nueva constitución.

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