Longueira confirma que Jorge Abbott llegó a ser fiscal nacional a cambio de favores en el marco del caso SQM
Un terremoto político está provocando el centroderechista Pablo Longueira, quien volvió de su autoexilio político ad portas de tener que declarar en un juicio oral el próximo 5 de octubre en el marco de las acusaciones en su contra por cohecho y delitos tributarios consumados referentes al caso de corrupción SQM.
El político indicó a Radio Biobío que en su declaración judicial destacará el nefasto rol del Fiscal Nacional, el izquierdista Jorge Abbott, en el curso de las investigaciones de corrupción de los políticos.
Longueira acusa que todo el peso de la investigación ha sido en su contra, mientras que senadores de los distintos partidos acordaron darle el poder a Abbott a cambio de bajar la intensidad de las investigaciones contra los involucrados en los grandes escándalos de corrupción.
En concreto, Longueira indicó que Jorge Abbott “no tiene autoridad moral para estar ahí (...), yo sé las reuniones que tuvo y lo que negoció y lo voy a decir en el juicio oral (…) ¿Cómo puede ser fiscal un señor que para llegar ahí liberó a todos los parlamentarios y eligieron a algunos?; ¿Cómo puede alguien estar en ese cargo? Yo no lo reconozco autoridad moral nomás”.
Las palabras de Longueira calzan con las del ex fiscal Carlos Gajardo, quien ya había advertido de esta irregularidad el año pasado, además se sabe por declaraciones del operador político Eugenio González, quien representa a la izquierda en el lobby de Tribunales, que Abbott negoció desde un comienzo su llegada al poder y se retroalimenta con figuras de la calaña de Guido Girardi, Aldo Cornejo y Juan Pablo Letelier.
Abbott tendría entonces la llave maestra que permitiría a varios políticos seguir impunes y por ello es inamovible, lo cual es un logro estratégico fundamental para la izquierda, que por vía de Abbott obtiene un poder impresionante para dirigir la justicia contra la derecha y los patriotas y otorgar regalías al terrorismo urbano y rural que la izquierda usa en Chile para demoler nuestro sistema institucional y ejercer un totalitarismo callejero que amenaza las vidas de nuestros ciudadanos día a día.