Giro en la estrategia del gobierno: querella a Llaitul y Estado de Excepción a cambio de acelerar Ministerio Indígena
Un abrupto giro en su estrategia ha debido asumir el gobierno de extrema izquierda guiado por Gabriel Boric ante el llamado a las armas que han proclamado las guerrillas indigenistas operativas en Bio Bio y Araucanía.
Así, tras un largo período de negativas y la posibilidad de declarar un Estado de Excepción “a medias”, y frente a la presión de las decenas de víctimas que están siendo atacadas en la zona por los terroristas, el gobierno decidió finalmente reestablecer un Estado de Excepción completo específicamente en las provincias de Arauco y Bio Bio. Tal decisión fue confirmada por la ministra del Interior, la comunista Izkia Siches, pero a pesar de ello sigue habiendo resquemores en el oficialismo, debido a la evidente simpatía del gobierno por el insurreccionalismo indigenista.
El líder del Partido Comunista, Guillermo Teillier, declaró por ejemplo que los sectores de izquierda bajo su mandato estaban a favor de una opción intermedia, donde solo las carreteras fueran resguardadas, pero dejando en libertad la acción de las guerrillas hacia el interior. Por su parte, fue la presión de sectores como el Partido Socialista la que terminó prevaleciendo, intentando sostener un poco el Estado de Derecho perdido en la región. Sin embargo, desde la centroderecha fue alertada la poca confianza que genera el Gobierno, en tanto posiblemente implementará de facto la opción intermedia que exigen Teillier y la izquierda extremista.
A la par, fue la ministra de Desarrollo Social, la ultraizquierdista Jeannette Vega, quien ratificó que el Gobierno se querellará contra el líder narcoindigenista Héctor Llaitul, quien llamó a los terroristas desplegados a iniciar una “resistencia armada”.
Sin embargo, Vega nuevamente se contradijo, pues inmediatamente condenó y le quitó su respaldo al Estado de Excepción en el Bio Bio declarando: “¿El Estado de Excepción qué significa? Coartar un montón de libertades y, por otro lado, el apoyo de los militares, pero hay que estar dispuesto a que efectivamente haya muertes... y creo que no es la solución para el Wallmapu, un lugar donde ya hay una cultura de violencia y muertes”.
Cabe destacar que la ministra Vega, en abierta rebeldía contra los protocolos de su cargo, insiste en llamar con el nombre ficticio “walmapu” a la zona centro-sur de Chile, dándole cabida de facto a las guerrillas que en la zona buscan la autonomía de esa supuesta “nación”. Ya el uso de esta ridícula palabra le costó al Gobierno un roce con algunas autoridades argentinas, las cuales han aclarado que hablar de ese tal “walmapu” es un ataque a la soberanía argentina, lo cual es cierto, ya que también es un ataque a la soberanía chilena.
A cambio de este supuesto giro de timón del Gobierno, se han preparado una serie de medidas políticas que buscarán darle más poder al indigenismo por vías institucionales. Estas medidas se anunciaron como plan “Buen Vivir”, el cual hace referencia a una doctrina ideada por el terrorismo indigenista mexicano y aplicado por el régimen boliviano de Evo Morales. Este plan incluye:
-Duplicación del presupuesto para acelerar expropiaciones para regalar predios a la insurgencia indigenista.
-Creación de un Ministerio de Pueblos Indígenas para instalar el indigenismo dentro de la doctrina oficial del Estado.
-Intervención de la ONU para establecer negociaciones entre el Estado y los insurgentes a partir de julio.