Fraude Electoral Chavista y el Parásito Maduro

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Por: Daniela Ruminot

Luego de unas horas del conteo de votos en las elecciones de la Asamblea Nacional de Venezuela, parlamento venezolano, que se llevaron a cabo este domingo, los resultados son abrumadores.

A pesar de la bajísima participación de los venezolanos en los comicios, con menos de un 20% de votos sufragados y un 80% de abstención del universo de votantes, Maduro nuevamente se ha salido con la suya en su intento por perpetuarse en el poder, luego de que el chavismo volviera a tener el control del único órgano estatal que estaba en manos de la “oposición” venezolana.

El sector liderado por Juan Guaidó se negó a presentar candidatos, luego de que Maduro prohibiera la participación de ciertos rostros de su coalición. Sin embargo, según analistas internacionales, en el país no existe una oposición real al régimen de Maduro.

Es claro que, sin competidores, al parásito Maduro le fue muy fácil hacerse del poder por completo, ya que en esta elección no existían candidatos que no fueran elegidos por el régimen. Entonces, ¿Qué iban a elegir los venezolanos democráticamente?

El fraude electoral es claro como el agua. Maduro estaba tan seguro de ganar las elecciones que incluso, apostó la presidencia del país. El dictador señaló: “Vamos entonces este domingo a un plebiscito, si ustedes ganan yo me voy de la presidencia.”

A esto se suman las fuertes palabras de Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y número dos de Venezuela, quien de cara a las elecciones señaló en tono amenazante: “el que no vota, no come”, palabras bastante crueles, sin tacto y sin ninguna sensibilidad, dirigidas a quienes hoy enfrentan la decadencia del socialismo Venezolano y viven la pobreza, el hambre y la delincuencia.

Posteriormente, se hizo presente un gran rechazo internacional a estas elecciones, principalmente por parte de organismos internacionales, los mismos que nunca han tomado acción para proteger los derechos humanos de las personas en el país, ni han intervenido cuando corresponden, aún con la fuerte evidencia que existe. En otras palabras, han dejado que Maduro haga y deshaga.

Venezuela necesita intervención para salvar la vida de las personas. No podemos permitir que esto siga escalando en Venezuela, ni que situaciones similares se repliquen en otros países de Latinoamérica. No podemos seguir tolerando políticos que aún apoyan el comunismo y el socialismo, regímenes nefastos para la humanidad.