Escritor Roberto Merino despedaza el legado del mal llamado "estallido social": "Lo que hay es basura. Eso es lo que dejaron"

Con motivo de la publicación de su última obra “Mundos habitados”, el escritor chileno Roberto Merino dio a Canal 13 sus impresiones respecto del acontecer nacional, ello desde su enfoque de cronista, lo cual le lleva a tener un profundo conocimiento de la ciudad de Santiago.

Al ser consultado por el estado del centro de la ciudad, que se encuentra destruido por anarquistas, delincuentes e inmigrantes ilegales, el intelectual indicó: “Estamos viviendo una equivocación, una inversión de los códigos. No me hallo para nada cuando voy al centro, que está en calidad de sitio eriazo. Los muchachos del estallido o quienes hicieron esta destrucción trataron de lograr el sinsentido, el basural, la no pertenencia. Esa fue la herida.¿Cómo se puede comparar un café literario como el que había en Bustamante con lo que hay ahora? Era un lugar discreto, módico, de encuentro de distintas personas: de gente que vivía cerca y otros que venían de lejos, no había distinción. Eso lo hacía muy agradable. Un espacio de convivencia. Eso está transformado en una porquería. Destruida simplemente”.

El foco de su crítica fue claro: la insurrección de octubre de 2019, que sigue teniendo predominancia por medio de la guerrilla urbana que asedia la zona céntrica de la capital. Ello puede verse en las consignas rayadas en las paredes y el amedrentamiento al que se ven sometidos los vecinos del sector.

Reflexionando aquello, Merino explicó: “La huella que se ve es obvia. Lo único que puedo ver en esa huella del estallido es el odio. Ningún discurso, ninguna convicción de nada. Lo que hay es basura. Eso es lo que dejaron. Resentimiento puro. Revanchismo no sé de qué. Si algo como el Café Literario no era ofensivo ni podía serlo. Al contrario era un símbolo de pertenencia, te hacía sentir dentro de una ciudad, de una comunidad. Y justamente lo atacaron. No sé por qué”.

El escritor también destacó que la actual destrucción no tiene precedentes históricos: “Hay episodios muy notorios de asonadas, en las que hubo destrucciones considerables, pero que era puntuales, después se recuperaba la ciudad y el centro volvía a una disposición más positiva respecto a la vida, a la sociedad”.

Finalmente, mostró su desconcierto ante el hecho de que el Estado de Chile se rindiera ante la guerrilla urbana y retirara la estatua del héroe nacional General Baquedano de la plaza que lleva su nombre: “Es increíble. Cincuenta pinganillas contra el poder del Estado. Es un fenómeno muy extraño. Creo que hay motivos y fuerzas que uno desconoce. Todavía no me queda claro qué quiso decir Piñera con esa frase de que estamos en guerra contra un enemigo poderoso. Algunos dicen que Piñera le declaró la guerra a Chile, qué imbecilidad. Eso no es cierto. En todo caso, espero que se restituya el centro, no puede ser que abandonemos a nuestra propia ciudad. Caminar por el centro deja una sensación de abandono e irracionalidad”.

Las palabras de este intelectual demuestran lo arrollador que es este nuevo método de acción revolucionaria de la extrema izquierda, llamada Revolución Molecular, que ha logrado someter a las instituciones a un desgobierno radical, en el cual el nuevo orden se hace mediante la violencia callejera y la inmundicia.