El Tribunal Constitucional vs el populismo del segundo retiro de 10% de las AFP

Durante la noche de ayer pudimos escuchar un gran numero de cacerolazos en las calles y viviendas de nuestro país por el requerimiento ante el tribunal Constitucional para intentar frenar el segundo retiro del 10% de los fondos de pensiones, para, en otras palabras, intentar detener el segundo disparo en los pies y además apelar a que el mecanismo usado en el proceso es una trampa. El segundo disparo en los pies al parecer a una gran mayoría de chilenos no les importa, porque alguna solución entregaran los políticos, aunque sea la expropiación de los fondos para hacer un reparto entre los que cotizaron toda su vida y los que han cotizado solo un mes, y bueno, vivir en una burbuja económica un tiempo para aplicar la filosofía de “primero se gasta, después se ahorra si es que se puede”.

Frente a esto el vocero de gobierno Jaime Bellolio y el titular de la Segpres, Cristian Monckeberg, han insistido en que el gobierno no busca eliminar el segundo retiro, si no que desean que el TC busque enderezar la constitucionalidad para no recurrir a un mecanismo tramposo. El primer retiro suponía ser algo totalmente excepcional para paliar problemas económicos de solvencia en los hogares, combatir la supuesta hambre que estaba matando a los chilenos, un chiché electrónico nuevo y hasta una cirugía plástica que han aumentado considerablemente debido a esos kilos de más que nos ha traído el virus chino.

Para Bellolio es detener la trampa constitucional y para Monckeberg es realizar los retiros de manera correcta como corresponde. Bellolio agregó lo siguiente: “el mecanismo que se ocupó es inconstitucional”, y que esta iniciativa “en el fondo, es generar una constitución paralela que pretende quitarle ciertos poderes al poder ejecutivo”. “Así como fracasan las democracias, así, cuando otros apuntan como el enemigo, que no terminen los períodos eleccionarios”. “A quién le hacen daño no es al gobierno, es a las personas” concluye el exdiputado. No solo se agregaron estas dos figuras, sino que lo hizo el ministro de Economía, Lucas Palacios, quien defendió la decisión del Gobierno para acudir al Tribunal Constitucional. Según sus palabras, “Este segundo proyecto, es un proyecto tramposo, porque lo que no se ha dicho es que esto facultaría que las personas con más altos ingresos, que no han perdido sus trabajos, puedan retirar sus fondos sin pagar impuesto”. Además, “cuando se empiezan a mezclar estas cosas es cuando se socava la democracia, entonces más allá de las propuestas y del malestar que pueda coyunturalmente generar, es de responsabilidad moral”. Palabras con las que podríamos concordar, pero como lo hemos dicho en múltiples entregas de este noticiero, son palabras, que seguramente tienen una planificación y temática poética, pero vivimos en un país donde el gobierno no tiene atribuciones, dándole poder al parlamentarismo de facto que reina en las decisiones y en las rayadas de cancha para la acción del presidente cobarde del “apruebo” que nos gobierna.

Para terminar, Palacios reiteró que el no pago de impuestos que contempla la reforma de los diputados, podría afectar al financiamiento de programas sociales, que “sigue socavando las pensiones, los países responsables deben pensar en el presente y en el futuro”. Ahorrar es algo que es mal visto en nuestro país, y no solo eso, si no que esta idea es impulsada por políticos que dicen odiar nuestro sistema de pensiones, pero tienen unas suculentas cuentas engordando en sus APV, y además unos sueldazos que los introducen en la categoría de ricos en Chile, algo así como decir que no quieren a los ricos pero les encanta serlo.

Esta situación generó duras criticas de manera transversal dentro del circo político, como lo fue la reacción de la senadora de la camaleónica Democracia Cristiana, Carolina Goic. Goic expreso que “El Gobierno una vez más equivoca el camino, en vez de generar diálogos, nos enteramos de que acude al TC. Esta no es la forma”. Quizás la forma es de alguna que venga con llamas en las calles, locales destruidos, o símiles a nuestros primos peludos menos evolucionados que irrumpieron hace unos días atrás en los bares de Lastarria, para que no se les olvide a los nenes caviar que el “fascismo” revolucionario aun no suelta las calles, y al parecer no lo quieren hacer.

Les mencioné que es transversal, y uno de los ejemplos fue el de Iván Moreira del oficialismo, quien ratificó su poyo al segundo retiro ante todo evento, y que incluso, aprobaría ambos proyectos, tanto el del retiro como también el de la modificación de la Carta Magna. La preocupación de Bellolio y otros, es que se empiece a instrumentalizar una especie de Constitución paralela, donde estos proyectos sean aprobados una y otra vez pasando por encima de la institucionalidad, lo que mantiene a los países dentro del equilibrio entre el desarrollo, el estancamiento o directamente al despeñadero. El titular de la Segegob recordó además que durante el Plebiscito "ganó la vía institucional y democrática para hacer una nueva Constitución, pero eso implica que tenemos que respetar la que tenemos hoy día, porque cuando uno se empieza a saltar las reglas, quienes más se perjudican siempre son las personas más vulnerables". Recuerden que las revoluciones las llevan e impulsan los burgueses y los que tienen la capacidad de resistir los daños colaterales por un tiempo antes de que les corten la cabeza, los más pobres deben estar pensando en otras cosas más importantes como lo es poder comer día a día, y quizás, en Chile sea algo cada día más difícil y empecemos a ver la desnutrición como una invitada que ha llegado nuevamente tras la abolición del opresor sistema “Neoliberal”.

Vamos por el segundo disparo en los pies, pensábamos que los chilenos lograrían analizar un poco más la situación hasta la que nos han arrastrado nuestros políticos, pero parece que como buenos latinoamericanos, no aprendemos de ninguna manera, incluso, muchos chilenos al parecer son una especie de masoquistas, y ya tuvieron que asistir al oculista para remover de sus glóbulos oculares una densa partícula de engaño y de excitación por los políticos del 78%.