El oscuro pasado de mentiras y abusos del Director Ejecutivo de La Red: Víctor Gutiérrez

El periodista de extrema izquierda Víctor Gutiérrez hoy oficia como Director Ejecutivo del canal La Red. Desde que Gutiérrez inició su gestión el canal se ha visto envuelto en fuertes polémicas incluso con el ex gobierno socialdemócrata de Sebastián Piñera, pero por sobre todo con los televidentes que, frecuentemente, han denunciado a La Red ante el Consejo Nacional de Televisión por su execrable contenido.

La gestión de Gutiérrez en La Red ha destacado por su difusión descarada de información destinada a incentivar la insurrección, lavar la imagen de terroristas como los del FPMR, hacerle propaganda a la tiranía socialista de Salvador Allende y poner en pantalla el programa “Las Gansas”, en el cual se promovía el homosexualismo ideológico con exhibición en vivo de pornoterrorismo, esto con travestis introduciéndose una cruz por el ano en plena TV abierta. Además, Gutiérrez censuró y expulsó a la única voz disidente en su canal: Sergio Hirane, y se esforzó por impedir que éste entrevistara a Leopoldo López, líder de la oposición venezolana que quería compartir a la audiencia chilena la miseria y el horror que se vive en el narco-régimen comunista en Venezuela.

Sin embargo, Gutiérrez tiene un historial anterior de polémicas, especialmente ligadas al mundo de la farándula, por exhibir temas sensibles de la vida privada de las personas, fue el caso de la ex Miss Universo, Cecilia Bolocco, quien demandó al izquierdista en 2001 por difamarla, terminando el caso en 2008, cuando la corte lo castigó exhortándolo al pago de 30 millones de pesos.

A pesar de ello, todo eso es poco frente al verdadero origen de Gutiérrez, quien ascendió a la fama por su conflicto con Michael Jackson, ya que fue él una de las principales figuras que acusó a la estrella del pop de pedofilia, a pesar de que se evidenció que la información que proporcionó fue falsa y fue demandado por Jackson, perdiendo el juicio y siendo condenado a pagar 1,5 millones de dólares.

En 2019 el escritor español Pablo Rodríguez, autor del libro “Volviendo a Neverland”, expuso las oscuras acciones de Gutiérrez en Estados Unidos, recordando, por ejemplo, que en 1995 saltó a la fama por anunciar que estaba en posesión de un video en el que se veía a Jackson abusando de un menor, lo cual fue desmentido cuando se le exigió a Gutiérrez entregar el video a las autoridades, lo cual no pudo hacer porque el video no existía; según Gutiérrez se le había extraviado.

Tras ser amonestado por su falso testimonio, huyó a Chile y en 1996 publicó un libro llamado “Michael Jackson fue mi amante”, un libro que era supuestamente el diario del menor Jordan Chandler, quien había denunciado que el cantante habría abusado de él, pero que, sin embargo, negó ser autor del supuesto diario que publicó.

Posteriormente, otro menor involucrado en las denuncias indicó que tanto él como Jordan Chandler fueron entrenados por Evan Chandler (el padre de Jordan), Víctor Gutiérrez y el pedófilo Rodney Allen para acusar falsamente a Jackson. En 1999 el pedófilo Rodney Allen confesó desde la cárcel que Gutiérrez y su otro socio Evan Chandler le debían dinero por este trabajo y confesó que Michael Jackson nunca abusó del menor.

El libro de Gutiérrez, demostrado falso, siguió sirviendo de inspiración para otras presuntas víctimas de Jackson, ya que solo cambiaban el nombre del menor en cuestión para inventar una situación grave con la cual cuestionar su reputación. Sin embargo, la gravedad de los hechos se encuentra en el contenido ideológico del libro de Gutiérrez y las conexiones que este izquierdista hizo en Estados Unidos desde 1986.

Ese año Gutiérrez asistió a una de las reuniones de la organización de pedófilos NAMBLA, una organización que busca trastocar los valores culturales de los países occidentales para validar la pedofilia como una forma legítima y normal de vida. En aquellos círculos se consideraba a Michael Jackson un buen ejemplo que se podía utilizar para socializar una relación más íntima entre adultos y menores de edad, de esa forma podía ser un “caballo de Troya” para insertar el tema en la sociedad.

Gutiérrez, entonces, empezó a estudiar los pormenores del juicio al escritor inglés Oscar Wilde, quien había sido encarcelado un siglo antes acusado de corrupción de menores. A Gutiérrez le encantó el caso y tomó de ahí la inspiración para fabricar un juicio de este tipo en el siglo XX y romper el tabú de la pedofilia en la sociedad. Aquí es donde el asunto se pone oscuro, porque las intenciones de Gutiérrez no fueron solo lucrar con las difamaciones que hizo de Jackson, sino que avanzar ideológicamente en la normalización de la pedofilia que buscan los grupos de Nueva Izquierda. Recordemos que en 1977 los principales filósofos franceses de la Nueva Izquierda tales como Jean Paul Sartre, Gilles Deleuze, el pedófilo Michel Foucault y la feminista Simone de Beauvoir -profundamente admirada por la ministra Camila Vallejo- entre muchos más, firmaron una carta a favor de la legalización de las relaciones sentimentales entre adultos y menores de edad.

Los siguientes extractos del libro de Gutiérrez ejemplifican que su objetivo de fondo era apoyar la pedofilia usando el escándalo Jackson como excusa para, además, sacar dinero. La transcripción es gracias al escritor Pablo Rodríguez, ya que el nefasto texto está retirado de circulación:

“Michael Jackson es un pedófilo, lo que a los ojos de la sociedad lo convierte en un criminal. Para mí era confuso no saber si referirme a los niños como víctimas o como ex-amantes. Los expertos indican que las relaciones sexuales de adultos y menores a veces son amorosas y no tienen un efecto negativo en la vida del joven. Quizás dentro de cien años la gente acepte más este tipo de historias de amor”.

Gutiérrez añade:

“Los pedófilos se enamoran, se obsesionan, sienten deseos al igual que las personas heterosexuales u homosexuales. Ahora que entendemos mejor el impulso sexual que algunos sienten por los niños, podemos comprender más completamente la experiencia de Jordi y Jackson, una pareja que se amó intensamente y de una manera muy erótica”.

Cabe destacar esa última frase considerando que el libro está lleno de narraciones aberrantes con excesiva y enfermiza exposición de detalles de una supuesta vida sexual entre dos personas que no ocurrió y que, por ende, es en gran parte producto de la imaginación de su autor: Víctor Gutiérrez.