415 mil extranjeros están aptos para votar este 21N ¿A dónde podrían ir esos votos?
En Chile hay casi 415 mil extranjeros que están habilitados para sufragar en los procesos eleccionarios del país, de los cuales los peruanos son una mayoría con más de 149.312 ciudadanos que pueden acudir a las urnas, los colombianos (49.745), bolivianos (47.926), argentinos (29.714) y ecuatorianos (17.000) y venezolanos (10.000). Los analistas se preguntan, ¿a dónde se inclinaría la balanza de estos sufragios?
Según los datos suministrados por el Servel, para enero de este año había 345.770 extranjeros que contaban con derecho a voto, pero luego de una actualización esa cifra ascendió a casi 415 mil.
En el caso de los migrantes, los requisitos para votar en las elecciones chilenas son haber residido en Chile por más de cinco años, ser mayores de 18 años y no haber sido condenado a pena aflictiva.
También tienen derecho a voto en tierra chilena 13.979 españoles, 10.260 venezolanos, 10.009 chinos, 9.047 estadounidenses y 8.778 brasileños, conforme a los datos con fecha enero de 2021.
La pregunta es ¿Hacia dónde puede dirigirse el voto migrante y cuántos migrantes votan?
De los más de 300 mil extranjeros habilitados para votar en el plebiscito acudieron 79.212, lo que equivale a un 20,91% del padrón, versus un 51,55% de los nacionales. Mientras que, en las elecciones presidencial, parlamentaria y de consejeros regionales de 2017, de los 267.116 extranjeros habilitados para votar sufragó un 19,17%, contrario al 47,9% de los chilenos y chilenas que sí votaron en esa ocasión.
¿Las razones de por qué la participación de los extranjeros es menor? Cristián Doña, Investigador Asociado del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, realizó en 2016 el estudio Los inmigrantes como votantes: Participación política de inmigrantes recientes en comunas seleccionadas del Gran Santiago. El fue entrevistado por The Clinic donde dio a conocer estas particularidades del voto migrante.
Entre sus hallazgos encontró la falta de información: “El Estado no se preocupa de hacer una promoción de estos derechos”, afirma. De acuerdo con sus entrevistados, también dudan de alguien que no proviene del gobierno, como podría ser una ONG, les diga que tienen derechos.
Otro factor es que antes de la migración venezolana, las personas migrantes que llegaban a Chile lo hacían principalmente por razones laborales. “El proyecto migratorio de estas personas no es político, aun cuando hayan sido políticas económicas surgidas del proyecto político de sus gobiernos lo que les hayan llevado a emigrar. Los inmigrantes tienen así una mirada distanciada de lo político, a diferencia de los exilios, lo que los lleva a no tener intenciones de participar políticamente en el país de acogida”, explica el experto.
Sobre todo, y esta es una tercera razón, cuando no se sienten representados por los discursos de los candidatos, ya que hasta 2016 la migración no era un tema relevante en las campañas y candidaturas de los políticos chilenos.
En otra investigación, realizada en 2017, se indagó en las intenciones de voto y cuáles son las variables que influyen. Una de ellas tiene que ver con la antigüedad de la persona migrante en el país y la intención de quedarse en Chile durante los próximos cinco años. A su vez, era más probable que fuesen a votar aquellos que tenían pareja chilena, los que formaban parte de organizaciones de personas migrantes, los que ya tenían la nacionalidad chilena o los que se habían sentido discriminados por alguna situación.
Para Fernanda Stang, investigadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Juventud (CISJU), Universidad Silva Henríquez, la persona migrante vota cuando se siente integrado e incluido en una comunidad política.
Pero también concuerda en que hay otras formas de participación, la que han aumentado desde el estallido social de octubre de 2019, el movimiento feminista y ahora con la construcción de una Nueva Constitución.
“La dirigencia social migrante está transformando desde abajo lo que se entiende por ciudadanía. En el trabajo en terreno he visto una participación protagónica de las mujeres en estos nuevos liderazgos”, relata.
Fabiola Vásquez, abogada del Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), señala que esto tiene que ver con la falta de representacióEn Chile hay casi 415 mil extranjeros que están habilitados para sufragar en los procesos eleccionarios del país, de los cuales los peruanos son una mayoría con más de 149.312 ciudadanos que pueden acudir a las urnas, los colombianos (49.745), bolivianos (47.926), argentinos (29.714) y ecuatorianos (17.000) y venezolanos (10.000). Los analistas se preguntan, ¿a dónde se inclinaría la balanza de estos sufragios?
Según los datos suministrados por el Servel, para enero de este año había 345.770 extranjeros que contaban con derecho a voto, pero luego de una actualización esa cifra ascendió a casi 415 mil.
En el caso de los migrantes, los requisitos para votar en las elecciones chilenas son haber residido en Chile por más de cinco años, ser mayores de 18 años y no haber sido condenado a pena aflictiva.
También tienen derecho a voto en tierra chilena 13.979 españoles, 10.260 venezolanos, 10.009 chinos, 9.047 estadounidenses y 8.778 brasileños, conforme a los datos con fecha enero de 2021.
La pregunta es ¿Hacia dónde puede dirigirse el voto migrante y cuántos migrantes votan?
De los más de 300 mil extranjeros habilitados para votar en el plebiscito acudieron 79.212, lo que equivale a un 20,91% del padrón, versus un 51,55% de los nacionales. Mientras que, en las elecciones presidencial, parlamentaria y de consejeros regionales de 2017, de los 267.116 extranjeros habilitados para votar sufragó un 19,17%, contrario al 47,9% de los chilenos y chilenas que sí votaron en esa ocasión.
¿Las razones de por qué la participación de los extranjeros es menor? Cristián Doña, Investigador Asociado del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, realizó en 2016 el estudio Los inmigrantes como votantes: Participación política de inmigrantes recientes en comunas seleccionadas del Gran Santiago. El fue entrevistado por The Clinic donde dio a conocer estas particularidades del voto migrante.
Entre sus hallazgos encontró la falta de información: “El Estado no se preocupa de hacer una promoción de estos derechos”, afirma. De acuerdo con sus entrevistados, también dudan de alguien que no proviene del gobierno, como podría ser una ONG, les diga que tienen derechos.
Otro factor es que antes de la migración venezolana, las personas migrantes que llegaban a Chile lo hacían principalmente por razones laborales. “El proyecto migratorio de estas personas no es político, aun cuando hayan sido políticas económicas surgidas del proyecto político de sus gobiernos lo que les hayan llevado a emigrar. Los inmigrantes tienen así una mirada distanciada de lo político, a diferencia de los exilios, lo que los lleva a no tener intenciones de participar políticamente en el país de acogida”, explica el experto.
Sobre todo, y esta es una tercera razón, cuando no se sienten representados por los discursos de los candidatos, ya que hasta 2016 la migración no era un tema relevante en las campañas y candidaturas de los políticos chilenos.
En otra investigación, realizada en 2017, se indagó en las intenciones de voto y cuáles son las variables que influyen. Una de ellas tiene que ver con la antigüedad de la persona migrante en el país y la intención de quedarse en Chile durante los próximos cinco años. A su vez, era más probable que fuesen a votar aquellos que tenían pareja chilena, los que formaban parte de organizaciones de personas migrantes, los que ya tenían la nacionalidad chilena o los que se habían sentido discriminados por alguna situación.
Para Fernanda Stang, investigadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Juventud (CISJU), Universidad Silva Henríquez, la persona migrante vota cuando se siente integrado e incluido en una comunidad política.
Pero también concuerda en que hay otras formas de participación, la que han aumentado desde el estallido social de octubre de 2019, el movimiento feminista y ahora con la construcción de una Nueva Constitución.
“La dirigencia social migrante está transformando desde abajo lo que se entiende por ciudadanía. En el trabajo en terreno he visto una participación protagónica de las mujeres en estos nuevos liderazgos”, relata.
Fabiola Vásquez, abogada del Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), señala que esto tiene que ver con la falta de representación que tienen de los distintos sectores: “Con el proyecto de ley de migración ellos sentían que ya estaban siendo excluidos, llaman a ‘ordenar la casa’ y lo ven como una restricción de la entrada para evitar la llegada masiva de migrantes. No van a votar, porque a pesar de que vayan a dar su opinión sienten que no es algo que vaya a influir o mejorar la condición para ellos”.n que tienen de los distintos sectores: “Con el proyecto de ley de migración ellos sentían que ya estaban siendo excluidos, llaman a ‘ordenar la casa’ y lo ven como una restricción de la entrada para evitar la llegada masiva de migrantes. No van a votar, porque a pesar de que vayan a dar su opinión sienten que no es algo que vaya a influir o mejorar la condición para ellos”.