Vargas Llosa advierte sobre posible "venezolanización" de Perú ante ventaja del candidato comunista en las encuestas
Según el sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) difundido el domingo, Castillo tiene un 41% de las preferencias y Fujimori un 21%,
"Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.“ la frase ha sido atribuida a varios autores pero en este caso poco importa. Lo cierto es que parece tomar vigencia en determinadas elecciones en nuestro continente y esta vez la cita le cabe a Perú, país que este 6 de junio elegirá en segunda vuelta a su próximo presidente.
No ha sido poco traumática la sucesión presidencial reciente envuelta en varios escándalos. Desde que salió del poder Alberto Fujimori, el país inca no ha tenido un Jefe de Estado que no esté envuelto en temas de corrupción o que no haya sido destituido. Pedro Pablo Kucynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y otros, son casos evidentes. El país inca ha tenido cuatro presidentes en menos de cuatro años. Una inconstancia que evidencia la fragilidad politica peruana.
Mario Vargas Llosa es una de las figuras más conocidas en Perú. Es uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, pero la política le ha sido esquiva. Fue candidato presidencial en 1990 precisamente contra uno de sus antagonistas más fuertes: Alberto Fujimori. Rivalidad que trascendió incluso a la hija de este, Keiko Fujimori a quien enfrentó duramente en 2011 cuando apoyó a su contrincante, Alejandro Toledo e incluso rompió relaciones con el periódico El Comercio de donde era columnista precisamente por apoyar supuestamente este medio a la candidata de ascendencia nipona.
Para Vargas Llosa, Castillo se propone a cambiar radicalmente la orientación hacia la defensa de la propiedad privada y la apertura de mercados.
Pero hoy la situación es diferente. Vargas Llosa ha manifestado su apoyo absoluto a Keiko Fujimori, de nuevo candidata presidencial, en contraposición a una nueva figura controversial en la política peruana: Pedro Castillo, hombre de apariencia humilde, de imagen campechana, que aparece a lomos de una yegua y siempre con un lápiz. Pero su principal característica no es su imagen, es su propuesta ultra izquierdista, lo cual para Vargas Llosa representa el "mal peor" para Perú.
Asomándose al abismo:
Tres encuestas electorales difundidas esta semana en Perú colocan al izquierdista y profesor rural Pedro Castillo con una amplia ventaja sobre Keiko Fujimori, lideresa de la conservadora Fuerza Popular. Según el sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) difundido el domingo, Castillo tiene un 41% de las preferencias y Fujimori un 21%, mientras que quienes votarían nulo o blanco o no han decidido su voto suman 44% de los encuestados.
De allí el sorpresivo apoyo del intelectual a la candidata que tanto adversó en otrora detallado en su artículo reciente "Asomándose al abismo", cuyos extractos presentamos en este análisis.
Castillo ―quien empezó su campaña el fin de semana pasado― ha realizado una decena de mítines multitudinarios en plazas del norte del país, pese a que Perú afronta el peor momento de la segunda ola del nuevo coronavirus, con más de 400 fallecidos por día en la última semana.
Para el novelista, Castillo es un candidato de ideas contradictorias: es de extrema izquierda en el campo económico, y de extrema derecha en el social. "Está contra los matrimonios gay, la enseñanza sexual en las escuelas y el aborto, campo en el que coincide íntegramente con la Iglesia católica que ha dado una batalla últimamente contra los intentos de la izquierda y el centro más progresista en defensa de la mujer y los derechos de los homosexuales a ser considerados normales y en igualdad con los heterosexuales, algo que siempre he apoyado", argumenta Vargas Llosa.
¿Cuáles son las ideas que defiende el candidato victorioso en esta primera vuelta en el campo económico, se pregunta el novelista. "Las inspiradas por sus dos maestros, el boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa. Castillo se propone a cambiar radicalmente la orientación hacia la defensa de la propiedad privada y la apertura de mercados. Los contratos estatales se renegociarán y convertirán a Perú en un Estado nacionalizador incluyendo empresas de yacimientos mineros, gasíferos, petroleros y centros energéticos."
Advierte el Nóbel de Literatura, que con Castillo La Constitución será derogada y todos los tratados internacionales “revisados”, de modo que en el futuro no haya en el Perú la inicua desproporción que “hace ganar a un patrón veinte veces lo que gana un obrero”. Las empresas que se resistan a cambiar de régimen serán nacionalizadas y, según los casos, se compensará o no a sus dueños.
"En otras palabras, será calcado del que inauguró el comandante Chávez en Venezuela, el Socialismo del siglo XXI, que ha obligado a más de cinco millones de venezolanos a emigrar a los países vecinos para no morirse de hambre", dijo el afamado literato.
Argumenta Vargas Llosa que la sociedad que pretende crear Pedro Castillo tendrá todas las características de una sociedad comunista, en una época en la que –los peruanos que votaron por él no parecen haberse dado cuenta todavía- el comunismo ha desaparecido del planeta, con las excepciones más horripilantes, es decir Cuba, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte.
"Tengo el convencimiento absoluto de que si Castillo, con semejantes ideas, llega a tomar el poder en la segunda vuelta electoral, dentro de un par de meses, no volverá a haber elecciones limpias en el Perú, donde, en el futuro, aquellas serán una parodia, como las que organiza de tanto en tanto Nicolás Maduro en Venezuela para justificar su régimen impopular".
Aclaró que siempre ha combatido al fujimorismo de manera sistemática, "Pero creo que en las elecciones que se vienen –las de la segunda vuelta-, los peruanos deben votar por Keiko Fujimori, pues representa el mal menor y hay, con ella en el poder, más posibilidades de salvar nuestra democracia, en tanto que con Pedro Castillo no veo ninguna", agregó el novelista.