Progresista y apitutado sin experiencia, el polémico asesor de Piñera que lo lleva a ceder ante la izquierda

Foto: El Mercurio

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Recientemente se reveló gracias a una investigación de El Mercurio, el perfil de Benjamín Salas Kantor, la persona que en estos momentos el Presidente de nuestro país, Sebastián Piñera, más escuchy que incluso supervisa y condiciona incluso las cosas que el Presidente habla en público.

Salas Kantor es un abogado de apenas 28 años, es hijo de la ex Ministra y además vecina de la familia Piñera, Pauline Kantor; y tanto en Chile Vamos como en La Moneda es secreto a voces el nepotismo que subyace a la decisión del presidente de nombrar a esta persona tan joven en su Segundo Piso, a pasos de su oficina, y a quien le confía hasta la revisión y modificación de sus políticas y discursos.

Si ya de por sí el nepotismo es malo, la situación se agrava enormemente si le agregamos la tendencia política izquierdista de este personaje, pues fue miembro del movimiento de izquierda universitaria NAU, con sede en la Universidad Católica, mientras estudiaba derecho en dicha universidad. NAU es frecuentemente el trampolín para militar posteriormente en el partido neocomunista Revolución Democrática, del infame diputado Giorgio Jackson. Básicamente la agenda del NAU y de Revolución Democrática es exactamente la misma.

Sin embargo, el astuto Salas no dio ese paso y decidió mantenerse sin militancia política, pero manteniendo a nivel personal las mismas creencias. Tristemente, al parecer para el presidente Piñera y su “hombre fuerte”, Cristian Larroulet, presentarse sin un carnet de pertenencia a un partido basta para creer que alguien sería “apolítico”, lejos de eso, Salas siguió profundizando e implementando su militancia personal con el progresismo durante su gestión como asesor cada día más cercano del presidente.

Según destaca El Mercurio, señales de su identidad progresista se delatan en acciones como que frecuentemente le pide al Presidente que deje de hablar de Dios en sus discursos, puesto que, en sus palabras, “a nadie le importa Dios”.

También es de aquellos que le pide a Piñera que condene lo más enérgicamente posible al Régimen Militar cada vez que pueda y que hable en sus declaraciones de “desigualdad económica” en vez de pobreza, uno de los recursos discursivos más clásicos con los que la izquierda exige el derrumbe de nuestra economía.

Eso, evidentemente, no es todo, más grave aún, Salas aconseja frecuentemente desechar el uso de fuerza de Carabineros y Fuerzas Armadas contra las fuerzas revolucionarias, recriminó al Presidente cuando este, correctamente, dijo que estábamos en guerra, además, intentó impedir que el Presidente declarara el Estado de excepción durante la insurrección y fue partícipe del protocolo que restó atribuciones a las Fuerzas Armadas.

En esta misma senda, Salas buscó las estrategias mundiales más blandas posibles para que el Presidente respondiera a la revolución molecular, haciéndole resúmenes de discursos de Emmanuel Macron y David Cameron, y se encargó de hacer lobby en organismos globalistas e izquierdistas de Derechos Humanos, siendo mensajero en La Moneda de instituciones como Human Rights Watch, de manera de enblandecer lo más posible la autoridad del Gobierno.

Como anécdota, no es menor que para Salas uno de los logros más importantes del Gobierno, y que parece darle la mayor de las alegrías fue la promulgación de la Ley de Identidad de Género, proyecto deconstructivo que implementa la teoría de género en el país. Según la investigación de El Mercurio, el día en que se promulgó esa ley, Salas usó sus calcetines favoritos, que usa de cábala en los días más importantes de su vida.

Pero aún hay más, Salas Kantor se pasea en jeans y cortavientos por La Moneda, recibiendo de esa forma a todo tipo de autoridades, además, tutea a los ministros y no respeta su autoridad al sentirse protegido por el Presidente, en dicha materia es tristemente célebre su mala fama en la Cancillería, donde trataba irrespetuosamente al ex canciller Roberto Ampuero y exigía a título personal informes de la entidad diplomática sin que fuera de su competencia. Para peor, Piñera lo validaba invitándolo a él y no a Ampuero a importantes reuniones internacionales.

Más aún, se le confirió a él la autoridad de coordinar todo lo que tuviera que ver con la APEC que no se pudo llevar a cabo el año pasado. En dicha ocasión desde casi todo el oficialismo se levantaron críticas al Presidente por la decisión de dejar en Salas esa responsabilidad tan importante. Tuvo que ser el actual Canciller, Teodoro Ribera, quien golpeara la mesa y dejara a Salas fuera de seguir importunando las decisiones internacionales del país. Algo que trajo alivio a la gran mayoría de nuestro cuerpo diplomático, profundamente agotado y molesto de este personaje.

Finalmente, es necesario terminar con la más reciente acción nefasta de este progresista: el haber sido el artífice de la salida del ex Ministro de Salud Jaime Mañalich, puesto que Salas notó con profunda molestia que Mañalich no estaba tan comprometido con seguir las órdenes globalistas de la OMS en materia de coronavirus.

Al parecer, a Salas Kantor le parecía impensable que el Ministro tuviera criterio propio en su desempeño y consideró urgentísimo ponerse al día con las exigencias de las organizaciones internacionales. El Presidente terminó favoreciendo a Salas por sobre el ex ministro Mañalich, y así fue como se agregaron de un día para otro 653 fallecidos extra y empezó la cuenta regresiva para el Ministro Mañalich, cuya cabeza era pedida por la izquierda.

Salas Kantor, aconsejó al Presidente cuadrarse inmediatamente y sin más demora con la metodología de la OMS, cuestionada frecuentemente por manipular cifras de fallecidos por covid.

El Presidente Piñera, según enfatiza la investigación de El Mercurio, está empeñado en hacerse cercano de jóvenes hijos de otros políticos de derecha, ya que al mandatario no le gusta mucho la compañía de gente de su edad y apuesta por esta nueva generación de recambio, una generación que conserva los mismos apellidos, pero no la misma ideología.

Esta generación de recambio de la centroderecha muestra cada vez más cercanía con el progresismo, lo que es perdonado y aplaudido por vínculos familiares e influencia entre políticos, mientras se han dejado afuera de la discusión, de forma sistemática, las voces de muchos patriotas y nuevos rostros de derecha que realmente serían el aporte que necesitamos y que nunca son considerados por el Gobierno.

Véalo con sus propios ojos:

En este twit de un comunista está la noticia completa de El Mercurio, no disponible por búsqueda en Google: https://bit.ly/2YP8UpT

Chile Vamos, Desastroso