Papa Francisco viaja a Irak para "terminar con la violencia"

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Bajo máxima seguridad y una notoria cojera debido a la ciática que aqueja cada vez más a la máxima figura de la Iglesia Católica, el papa Francisco dio inicio a su visita "emblemática" --como él mismo la catalogó-- a Irak, convirtiéndose en la primera visita de un pontífice a este país.

"Irak ha sufrido los desastrosos efectos de la guerra, el flagelo del terrorismo y los conflictos sectarios que muchas veces son castigados en un fundamentalismo incapaz de aceptar la coexistencia pacífica de las diferentes etnias y grupos religiosos", señaló el Papa Francisco.

La visita tuvo una duración de tres días en los que visitó seis ciudades y se reunió con figuras como el líder ayatolá chiíta, Ali al Sistani. Una reunión de 45 minutos llena de hermetismo, de la que sólo se dieron a conocer algunas fotos de rigor y las posteriores declaraciones de ambos líderes religiosos.

El líder chií expresó que, "su interés es que los cristianos vivan como los iraquíes, en paz y seguridad y con todos sus derechos". Lo anterior, refiriéndose a la persecución de la que han sido objeto los cristianos en esta zona, la que hoy apenas cuenta con 300 mil creyentes.

Desde la caída del estado islámico en 2017, la seguridad de la zona se ha visto cada vez más deteriorada. Cabe recordar que tan sólo en enero se registró un ataque que dejó a 32 personas asesinadas por tropas suníes.

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