“Monopoly Socialista”: El juego termina al quebrar el “Fondo Comunitario” o al quedar todos sin dinero
¿Cuántos no recuerdan de niño las veladas de mesa jugando el tradicional juego Monopolio? Las reglas eran sencillas: había que avanzar con los dados y tenías la opción de comprar “solares” a medida que el azar determinaba tu posición en una casilla. Luego con el dinero adquirido previamente o con los impuestos que tenían que cancelar los desafortunados jugadores que cayeran en tus propiedades, ibas acumulando dinero hasta dejar al resto en banca rota. Sin duda una sutil crítica a la sociedad, pero que refleja una realidad presente en las economías mundiales.
Pero Hasbro, la lúdica empresa norteamericana creadora de un sinfín de juguetes, ha decidido ceder (¿o parodiar?) las tendencias progresistas en el mundo y ha creado una nueva versión: El Monopolio socialista.
El nuevo juego, ahora con vivos colores rojos, pretende ser una versión supuestamente contraria a la ya existente. “Monopoly Socialism. Winning is for capitalists" (Monopolio Socialista, ganar es para capitalistas), y se basa en que los jugadores deben repartir sus la riqueza entre sus semejantes sin que nadie tenga el monopolio de las calles y que cobre dinero por sus hoteles y casas y otras propiedades.
Por el contrario el juego fomenta es que cada jugador deje de lado sus ambiciones personales a cambio del bien colectivo… pero, pero "a menos que puedan robar proyectos para avanzar". Sí, robar. Puede robar y ganar el juego.
Y aunque hay una apariencia realmente de cierta armonía dentro de los proyectos, sin embargo, las casillas de cartas, cambiarán el rumbo de la partida y llevarán a los jugadores a situaciones como malos vecinos o pan de carne vegana, que pondrán trabas en la sociedad utópica (es decir imposible de concretar).
Otro de los aspectos interesantes del Monopolio Socialista es que al pasar por la “meta” recibes sólo $50 como "salario digno", motivando a los jugadores a luchar entre ellos, no para obtener riqueza sino para empobrecer al otro y ser el único que saque el mayor provecho de los "fondos de la comunidad”.
Un restaurante vegano que no recibe propinas, una escuela para todos los ganadores o un museo de co-creación, son algunas de las obras para la comunidad que deberás realizar para proclamarte como ganador del juego, si es que hay uno.
Porque las opciones para terminar la partida es que se logren concluir los 10 proyectos comunitarios. Pero también finaliza cuando el Fondo Comunitario se queda sin dinero (quiebre el país, podríamos decir) o que todos los jugadores queden sin los coloridos billetitos y propiedades, es decir que todos sean pobres y así todos habrán perdido. ¿Algún ejemplo cercano en el continente?
Lo cierto es que el tradicional juego de mesa ha generado muchas críticas. Algunos consideran que Hasbro ha hecho el ridículo publicando este juego. Pero para otros lo que ha hecho es muy sutilmente caricaturizar el sistema socialista. ¿Le permitiría a sus hijos que aprendan socialismo y vean cómo se quiebra un país? Ya el juego está a la venta en Amazon. Suerte!