Estos son los escándalos de la Convención ¿El desprestigio viene de las redes o viene de adentro?

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El pasado 30 de julio la presidenta de la mesa directiva de la Convención Constitucional, Elisa Loncon, respondió a la vertiginosa caída que ha registrado la aprobación ciudadana del órgano que debe redactar una propuesta de nueva Constitución. Según ella se debe a una campaña de desprestigio en su contra. "Se inventan realidades inexistentes y es cosa de ver Twitter", agregó.

Pero solo fue el inicio de una serie de escándalos y exabruptos que superan el ámbito legal y que este lunes han reducido aún más la aceptación que tiene en la ciudadanía tras la encuesta de Cadem que ahora les atribuye solo 43% de un 77 por ciento con lo que fue electa.

Pero es que el mismo comienzo fue un espectáculo casi decadente, en que algunos constituyentes salieron corriendo a la calle, en la mitad de la Inauguración, y respaldaron protestas y desmanes innecesarios. En el mismo acto mostraron gran desprecio por el himno nacional y la bandera.

Posteriormente discutieron la eliminación de la noción de República de Chile, que es quien los ha convocado y asimismo se han venido atribuyendo potestades que no tienen: pues no son un poder del Estado, ni siquiera soberano.

Otro hecho que llenó de indignación a los chilenos fue el aumento del presupuesto casi como primera medida, y aun así no calza. Luego las asignaciones de 4 millones y un segundo aumento del presupuesto: Tienen 1.5 millones en viáticos.

Además, se han dedicado los convencionales de izquierda a temas que no le competen como la campaña de indulto a presos delincuentes, sesionar en la cárcel y otras acciones absurdas que rayan en los extremos al querer imponer castigos a la libertad de opinión, como parte del reglamento. O el intento absurdo de censura al ex almirante de la Armada Jorge Arancibia, y la ridiculez antidemocrálica del negacionismo.

La aparición circense de la tía Pikachú, el Cocodrilo y otros en disfraces en el plenario, y otros con atavíos indigenas para ira sesionar, porque no visten así en la vida corriente, son otra razón para que la ciudadanía considere un chiste lo que se hace en el Palacio de Pereira, donde se llevan a efecto actos infantiles como la ronda a la Pachamama, perdiendo tiempo valioso que debería ser para discutir la nueva Constitución.

Por otra parte los gastos suntuosos de comidas gourmet de la Presidenta Loncón son otro aspecto a condenar dentro de esta convención. Las denuncias afirman que tiene un departamento de 1.5 milones, traductores, asistentes y transporte al igual que el vice presidente Jaime Bassa.

Por último y no por ello menos importante, las redes sociales "ardieron" durante varios días tras el descubrimiento de la gran mentira política del vice presidente Rodrigo Rojas Vade quien se valió de una farsa sobre su salud argumentando que tenía cáncer lo cual fue descubierto y obligó al miembro de la Lista del Pueblo a confesar el engaño sin que hasta ahora se sepa a dónde fue a para el dinero recaudado por las completadas y rifas.

Como si fuera poco, se descubrió, gracias a la denuncia realizada por los diputados Karin Luck de Renovación Nacional y Cristián Labbé de la UDI, que junto a otros 11 constituyentes, Rojas Vade cobraba IFE, que es un beneficio para los chilenos en mala situación económica, lo cual los exceptúa ante las altas sumas que perciben (2,5 millones) como ingresos.

Aún así, después de 70 días, no se produce ni siquiera el reglamento que estaría a fines de agosto. Un transitar lento y penoso. Lleno de escándalos y corrupción que no han podido tapar los convencionales de izquierda y que parecen no acabarse jamás.

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