Cruz Grande, el puerto que se construye al lado de Dominga y que si es del agrado del Bacheletismo y la Concertación

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Mientras la oposición mantiene una cerrada oposición al proyecto Dominga, sobre la misma Reserva Humboldt se encuentra el terminal de carga y descarga Cruz Grande, del Grupo CAP, más grande que el de Andes Iron, que ya está en obras y que contó con la venia del bacheletismo y sus autoridades.

Una oleada de críticas ha generado la noticia del avance del proyecto minero “Dominga” luego de que distintos grupos ambientalistas respaldados por la izquierda del país comenzaron a atacar dicho proyecto. Lo anterior bajo el fundamento de que la minera se emplazaría en una zona cercana a la reserva donde se encuentran los pingüinos de Humboldt, sin embargo luego de una investigación realizada desde El Baquedano, se identificó --entre otros-- que ya existe otra minera en una zona aún más cercana a la reserva marina.

Pese a esto, el bacheletismo insiste en atacar Dominga, sin conocerse a la fecha ningún argumento válido al respecto, generando un daño económico altísimo para el país, bajo la excusa no fundamentada del impacto ecológico casi inexistente.

En este sentido, basta con recordar las palabras del senador PPD Guido Girardi el jueves recién pasado, instancia en la que apuntó de manera bastante superficial en contra del proyecto, señalando que, “Dominga fue aprobada de manera fraudulenta”.

Pero el pasado 12 de agosto la Comisión Ambiental de Coquimbo, en Chile, aprobó con 11 votos a favor y uno en contra, este proyecto valorado en US$2.500 millones, incluye la extracción de concentrados de hierro y cobre y planea construirse en la comuna de La Higuera, en el norte del país.

Este se ubica en la Región de Coquimbo, a 16 Km al norponiente de la Comuna de La Higuera, donde se encontrarán la planta, los dos rajos, el depósito de estéril y el depósito de relaves espesados.

¿La oposición al proyecto es ambiental o política?

Uno de los criterios que argumentan quienes se oponen al proyecto es la cercanía al Archipiélago Humboldt, un conjunto de ocho islas e islotes que resguardan uno de los ecosistemas más ricos del mundo, además de las dudas sobre su impacto ambiental, ha provocado el rechazo de las organizaciones ambientalistas.

Vale destacar que esta iniciativa de vital importancia para Chile y las comunidades aledañas generará 10 mil empleos directos durante su construcción y mil quinientos empleos permanentes durante su operatividad, al igual que 25 mil puestos indirectos en la fase de construcción y 4 mil indirectos permanentes.

La empresa minera especifica que este proyecto tendrá un bajo impacto ambiental. Serán 5 mil litros por segundo de agua potabilizada para las comunidades, y el 100% de las aguas que se utilizará será proveniente del mar a través de las desalinizadoras, un centro de investigación científica, mientras que el impacto ecológico será mínimo pues la ruta marítima de Dominga considera el tránsito de las embarcaciones a más de 20 Km. de la Reserva del Pingüino de Humboldt.

Sin embargo, la izquierda y otros grupos ambientalistas siguen oponiéndose pese a que, casi a la misma distancia de la Reserva Humboldt, opera el terminal de carga y descarga Cruz Grande, del Grupo CAP, que ya está en obras y para el que se han invertido US$ 1,5 millones, pero no ha tenido todo el ruido mediático ni tintes políticos que la minera y puerto ligada a la familia Délano.

Según dijo el propio delegado presidencial, Pablo Herman, al votar en contra del proyecto de Andes Iron en la comisión regional que aprobó el proyecto este miércoles, “en esta región no aceptaremos dos puertos en el sector de Chungungo, ni menos atendiendo que en la comuna de Huasco existen otros dos puertos. Por ende, en menos de 100 kilómetros tener cuatro puertos es algo que no se ha evaluado en este proyecto (...) Mi decisión es rechazar el proyecto Dominga hasta que exista solo un puerto en la Región de Coquimbo en este sector”.

¿Es este un criterio técnico o político?

La salida viable sería un posible joint venture, es decir que CAP comparta con Cruz Grande el puerto existente como ya lo hacen, por ejemplo, en Punta Totoralillo, en Caldera, donde además de sacar su mineral de hierro, lo hace Caserones, de Lumina Copper, que exporta cobre por el mismo lugar.

Aunque hoy CAP no tiene faenas activas en torno a Cruz Grande, en principio no tendría mayor problema en atender a un tercero, aunque sea eventual competidor. Un lucrativo negocio para CAP apalancado en decisiones de autoridades cuya defensa del medioambiente parece más cargada a la propiedad de los proyectos que al real impacto en la zona.

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