Candidata a gobernadora por el Frente Amplio se autodefine como "YEGUA, PUTA Y MONTONERA"
La neomarxista radical Karina Oliva ganó el pasado domingo 29 de noviembre las primarias dentro de la coalición de extrema izquierda Frente Amplio para ser la candidata de ese conglomerado a la gobernación regional metropolitana.
Demostrando la calidad de la actual política modificada en bases deconstruccionistas y anti-republicanas con el fin de demoler toda institucionalidad política y económica de nuestro país, esta candidata reúne varios elementos de lo que es esta nueva forma de hacer política de forma totalitaria y en base a ideologías políticas contrarias a los fundamentos de la naturaleza humana.
Tal como destacó una cibernauta, la candidata se definía en sus redes personales como “YEGUA, PUTA Y MONTONERA”, y estas palabras elegidas no son una mera locura, sino que representan su militancia ideológica. El código “yegua” refiere a un código de subversión en términos de deconstrucción sexual, utilizado por grupos de militancia homosexual, marginal y anticapitalista, representado por ejemplo por el escritor comunista Pedro Lemebel, quien fue un precursor de esta variante ideológica en Chile que busca destrozar el tejido social para llevar a cabo la imposición de una nueva forma totalitaria. Algo similar pasa con “puta” que es un término que la ideología del feminismo reivindica para usar el comercio sexual como un factor de militancia radical.
Finalmente, cuando habla de “montonera” se refiere a la idea de guerrilla, en referencia a los terroristas peronistas conocidos como “montoneros” que sembraron el caos y la muerte en Argentina, eliminando a sus opositores políticos.
Este aspecto montonero es manifiesto cuando, tras ganar la elección, esta mujer indicó de modo totalitario: “queremos que nunca más ganen las comunas del RECHAZO”, haciendo referencia a las miles de personas que votaron por la opción patriótica RECHAZO en el pasado plebiscito ilegítimo, coincidiendo que en algunas comunas de Chile ganó esa opción, cuyos habitantes deben ser silenciados para siempre según las palabras de Oliva. Para ella debe imponerse el mito de la “voluntad popular”, es decir, lo que los grupúsculos radicales como el suyo exijan.
Además manifestó su intención de imponer la ideología del feminismo, que desintegra las relaciones sociales y promueve la transgresión de todos los valores, por ello dijo “queremos una ciudad feminista, el feminismo lo queremos para los pueblos, no sólo para un segmento de la población. Queremos desbordar todos los espacios”. Queda de manifiesto que no habrá ningún aspecto de la vida pública y privada de las personas que no será corrompido por esta doctrina totalitaria, la acción de “desborde” implica además una salida del canon racional, por lo cual no es posible descartar a priori el ataque físico, tal como lo han demostrado las militantes feministas en sus marchas y actividades insurrectas.
Este tipo de declaraciones sirve para transparentar el modelo de sociedad que se pretende imponer de forma dictatorial a todos los chilenos.